¿Somos conscientes de cuánta energía necesitamos en nuestra vivienda sin perder comodidad y bienestar, y cuánta energía terminamos desperdiciando sin conseguir el confort que realmente deseamos? La respuesta a estas preguntas está en el ahorro y eficiencia energética de nuestras viviendas.
Y para entender esto primero debemos definir ambos conceptos que, aunque parezca que hacen referencia a lo mismo, en realidad son dos términos muy distintos. Sin embargo, los dos nos encaminan a crear de nuestra vivienda un mundo mejor considerando la salud de nuestro planeta y nuestra salud financiera.
Ahorro Energético.
El ahorro energético apunta a la disminución del consumo de energía en nuestras viviendas y al recorte del uso de energía durante la ejecución de procesos de producción o de servicios empresariales. Para ser posible, este ahorro requiere de un cambio de comportamiento y de hábitos que tienen la finalidad de poner en práctica un consumo responsable de agua, luz y gas. Prácticas como apagar completamente los electrodomésticos, utilizar programas cortos en la lavadora y lavavajillas o reemplazar el uso de la bañera por la ducha son ejemplos de hábitos de ahorro energético que muchas veces ponen en compromiso el bienestar y la comodidad de los ocupantes de cada vivienda.
Eficiencia Energética.
Al hablar de eficiencia energética hablamos de la forma en que un aparato, un proceso, un lugar o un servicio consume una cantidad inferior a la media de energía que necesita para abastecerse. La eficiencia energética busca optimizar el uso de energía sin reducir el consumo y por supuesto, sin afectar el confort de los hogares ni los procesos productivos de las empresas y la industria ya que no requiere que los hábitos energéticos varíen o disminuyan. Para conseguir una reducción máxima de la energía finalmente consumida es necesario adoptar ciertas medidas y sistemas que alcancen mayor eficiencia energética.
Ahorro y Eficiencia energética como responsabilidad individual y colectiva.
Existen muchas razones por las cuales es necesario elegir un mayor ahorro y eficiencia energética en las viviendas, ya que no sólo aseguraremos el bienestar y confort favoreciendo nuestra economía, sino que además procuraremos un ambiente de salud física, psíquica y emocional entre los ocupantes de cada vivienda.
Hemos de ser conscientes de que apostar por un consumo eficiente en cada vivienda es responsabilidad de todos ante la crisis energética y medioambiental que está sufriendo nuestro planeta y esto es un compromiso global.
En este sentido, los gobiernos de muchos países han adoptado medidas y propuesto el lanzamiento de distintos planes de ahorro, eficiencia energética y reducción de emisiones en las viviendas y la industria que van desde la reforma de inmuebles hasta la rehabilitación de edificaciones antiguas. A través del Plan de Rehabilitación Energética de Edificios en España, por ejemplo, se busca reducir las tarifas de electricidad y consumo de combustible, buscar la rentabilidad de soluciones energéticas en edificios y fomentar el uso de energías alternativas y renovables.
Recordemos que las políticas de ahorro y eficiencia energética en el mundo resultan fundamentales para el desarrollo de sociedades más sostenibles e industrias más competitivas.
Existen muchos sistemas que buscan mejorar la eficiencia energética de cada vivienda como la instalación de calderas eficientes, los sistemas de iluminación LED, el uso de paneles de energía solar térmica y fotovoltáica, la instalación de paneles aislantes o el uso de electrodomésticos calificados de bajo consumo energético.
En cuanto a construcciones nuevas, las casas y edificaciones industrializadas fabricadas bajo la certificación passivhaus garantizan una eficiencia energética incomparable a las construcciones convencionales que, además, claramente se ve reflejada en el ahorro económico a corto y largo plazo.
Las construcciones passivhaus consiguen minimizar el consumo de sistemas de refrigeración y calefacción aprovechando las condiciones climáticas como el aprovechamiento de energía solar, la ubicación de la vivienda, la orientación, la distribución del espacio, el aislamiento térmico y la eliminación de puentes térmicos consiguiendo así una temperatura interior de mayor confort y consumo de energía mínimo.
Al tratarse de construcción industrializada, las casas modulares passivhaus aseguran sostenibilidad medioambiental, ahorro y eficiencia energética desde el desarrollo de la construcción gracias a los procesos sistematizados que consiguen controlar el uso de materiales específicos no contaminantes, los residuos y el emplazamiento de la vivienda y lo mantienen durante el uso completo de la vivienda.
En realidad, el ahorro y eficiencia energética es un tema que nos implica a todos como individuos y que debemos fomentar a través de prácticas y decisiones eficientes que nos lleven en conjunto hacia una sociedad más sostenible.
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